jueves, 27 de enero de 2011

Mauricio Macri: la sinceridad de un reaccionario


Las palabras de mi amigo Octavio Echevarría en Facebook sobre las estúpidas puestas en escena de Mauricio Macri  -El Mauri, el Barba, la María y el Cacho- me hicieron reflexionar sobre la influencia y las consecuencias que provocan en los votantes el candidato a presidente de la derecha vernácula. Suelo desvalorizarlo, lo creo limitado e ideológicamente troglodita, incapaz de lograr un consenso político que lo lleve a la Casa Rosada. Alguno de los comentarios al texto de Octavio me hicieron repensar esta postura; definitivamente sería muy torpe subestimar a un tipo que creció políticamente desde la nada de su discurso y los goles de un Boca que le debe todo a Carlos Bianchi. ¿O vamos a seguir creyendo el verso de la "gestión"?


Justo en el día hoy La Nación publica un reportaje a Mauricio Macri en el sitial de precandidato presidencial. Blanco sobre negro Macri muestra su ideología y sus valores políticos sin disimulos, quizás amparado bajo el paraguas del diario más afín a su ideario. Igualmente, reconozcámosle el valor de la sinceridad. Veamos algunas respuestas y definiciones.

LA NACIÓN: Se estima que todos los años se realizan 450.000 abortos y es la principal causa de la mortalidad materna. ¿Qué respuesta inmediata daría a este problema?
MAURICIO MACRI: No hay una solución.

LN: ¿Impulsará los juicios por violaciones de los derechos humanos durante la dictadura?
MM: No tengo nada que impulsar.

LN: ¿Hay que subir el impuesto a las ganancias?
MM: Hay que bajar el nivel de evasión.

LN: ¿Impulsará un impuesto a la renta financiera?
MM: No, es un error.

LN: ¿Considera adecuado el nivel de apertura de la economía?
MM: No, la economía argentina está muy trabada.

LN: ¿Retenciones?
MM: Vamos a eliminar todas las retenciones.

LN: ¿Apelaría a las reservas del Banco Central?
MM: No, el rol del Banco Central es defender el valor de la moneda.

LN: ¿Dejaría que el FMI audite las cuentas de la Argentina?
MM: El Fondo y cualquier organismo serio del mundo.



¿Quedó claro a qué debemos atenernos?
Cuidado hay más:

"La mejor ley de medios es que no existe"
¡Aguante Clarín carajo! ¡Y La Nación también!"
"Necesitamos una ley justa que cuide a la gente de bien"
¿A qué no saben cual es la gente de bien?
"No estoy de acuerdo con que las fuerzas de seguridad vayan desarmadas a las protestas"
O sea, criminalicemos la protesta.
"La Argentina necesita inmigración, pero tiene que ser organizada, no se puede vivir en la ilegalidad"
¿Qué les parece la expulsión del país? ¿O se le ocurrirá alguna otra forma de solución final?
"Tenemos un futuro por delante con tres ejes estratégicos: la minería sustentable, el turismo y el campo y la agroindustria"
Cagate en el mercado interno, la movilidad social, el progreso y la distribución de la riqueza.

Cada vez tengo más claro de qué lado voy a estar en octubre.



viernes, 21 de enero de 2011

Vinilo III - Las seis esposas de Enrique VIII


Rick Wakeman es considerado en forma casi unánime como el más grande tecladista de rock sinfónico de todos los tiempos (digo casi unánime porque soy unos de los que piensan que el mejor es Tony Banks). El legendario tecladista de Yes es además una verdadera estrella de rock: alto, pelo largo y rubio, trajes vistosos pegados al cuerpo y largas capas principescas que lo convertían en un personaje histriónico y llamativo.
Pero Wakeman no es sólo esa imagen: tiene una técnica prodigiosa en velocidad y precisión y sus solos registrados en aquellos legendarios discos de Yes son el arquetipo de lo que un tecladistas sinfónico con ínfulas de compositor clásico debía hacer. Si le daba el cuero. Y a nadie le daba el cuero como el bueno de Rick. El platinado tuvo, además, una exitosa carrera solista, fruto de otras épocas y otros gustos musicales que llevaron a que el álbum que nos ocupa, editado en 1973, ocupara por varias semanas el puesto número uno en ventas en Inglaterra.


Las seis esposas de Enrique VIII es un disco completamente instumental compuesto por seis piezas que llevan por nombre cada una de estas desdichadas damas: Catalina de Aragón, Ana de Cleves, Catalina Howard, Juana Seymour, Ana Bolena y Catalina Parr. La obra es una muestra integral del talento de este músico gigante; hay aquí melodías bellísimas, improvisaciones lúcidas, un manejo increíble de los teclados y una pretensión de grandiosidad que es el sello distintivo de su estilo. Wakeman aclara en la contratapa del disco: "Este álbum está basado en mis interpretaciones de las características musicales de las esposas de Enrique VIII. Aunque el estilo pueda no coincidir con su historia personal, es mi concepción de sus personalidades con relación a los intrumentos de teclados". Verdadero o falso, en la aventura lo acompañan algunos de sus amigos de Yes como Chris Squire, Steve Howe y Bill Bruford.


El hombre de los mil teclados quiso repetir la hazaña con otros discos inmensos: Viaje al Centro de la Tierra y Mitos y Leyendas del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda son sólo algunos de los ejemplos más grandes. Sin embargo Las seis esposas de Enrique VIII sigue ocupando la más alta cumbre de toda su obra.

lunes, 3 de enero de 2011

Néstor Kirchner: las palabras y los hechos


En 2003 y tras las muertes del Puente Avellaneda, Duhalde no tiene otro remedio que convocar a elecciones. Movido por el espanto a Menem voto a Néstor Kirchner.
Quedo desde el primer minuto subyugado por el discurso presidencial. La pregunta inevitable era donde quedarían esas palabras a las que seguramente traicionaría.
Sin embargo algunas señales de que el tipo era distinto aparecían. A mí me pareció muy pero muy fuerte que no cambiara una coma de lo que pregonaba en campaña. Es más, se daba la paradoja de que este presidente si cambiaba algo de su dicurso era hacia la izquierda y no hacia la traición a los votos recibidos y a la historia de su militancia y su partido.
El Encuento Literario Sinécdoque (gracias Octavio, Cristian, Patricia, Sabina, Elisa) publicaba en ese entonces la revista Caos que nos sirviera para mostrarnos como escritores. Duró pocos número, apenas tres ni no recuerdo mal. En esa revista publiqué este artículo que reproduzco.
Comparar con lo hechos. Estoy convencido que los sueños no se dejaron en la puerta de la Casa Rosada.


Discurso presidencial

¿Cómo escuchar y analizar un discurso presidencial? ¿Se puede considerar un discurso como punto de partida de una nueva forma de entender el gobierno? Partiendo de la premisa de que también el poder se ejerce desde las palabras y de cómo se las dice, el discurso de asunción del cargo ante la Asamblea Legislativa del presidente Néstor Kirchner tiene elementos que son importantes de destacar. En principio hay que decir que fue más fuerte lo que se dijo que como se lo dijo. Por supuesto que cualquier análisis y su posterior conclusión estarán marcados por la aprehensión y desconfianza que todo lo que venga de la clase política nos provoca. De todos modos, es indudable que más allá de posteriores y casi seguras traiciones o desencantos, un discurso inaugural invita a nuevas esperanzas y expectativas. Después de habernos quemado tantas veces con la leche que siempre da la misma vaca, todavía tenemos fuerzas para volver a tomarla.
El discurso inaugural de Kirchner mostró dos elementos para destacar en primer plano: en principio hace rato que un presidente no cambia el discurso inmediatamente en el momento de asumir, incluso atreviéndose a decir cosas fuertes que en la campaña no dijo; en segundo término hay un gran contraste entre esas definiciones claras y la falta de carisma para expresarlas. Las palabras del santacruceño fueron casi las que hubiera soñado Chacho Álvarez que dijera De la Rúa, el increíble caso de un conservador de domingo en misa que lideró una supuesta coalición de centroizquierda y que desde el primer día se propuso actuar un menemismo más prolijo. Y así nos fue.
“En nuestro proyecto ubicamos en un lugar central la idea de reconstruir un capitalismo nacional que genere las alternativas que permitan reinstalar la movilidad social ascendente.” Esta frase habrá provocado náuseas a los exégetas del capitalismo prebendario y canibalista que lograron que un gobierno peronista hiciera en los noventa lo que no se atrevió la dictadura militar en materia de liberalismo económico. Lo que la Alianza evitó decir en palabras y hechos de gobierno, lo que ningún candidato presidencial con posibilidades de poder dijo en campaña, estuvo en las palabras de Kirchner en su primer día como presidente. El poder económico dominante por estas tierras tiene una mirada sesgada del capitalismo, se ha transformado en su estructura en totalmente transnacional, se olvida del principio fundamental del progreso y del consumo interno como generador de riqueza; su único interés fue y sigue siendo lograr la mayor cantidad de ganancia en el menor tiempo posible pero para girar a las metrópolis.
“El mercado organiza económicamente pero no articula socialmente; debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona.” Otra vez las palabras prohibidas de una clase política genuflexa ante el poder económico. El Estado, desmantelado y despojado de toda riqueza e injerencia en cuestiones importantes, como el verdadero instrumento de cambio social debe volver a ocupar el rol de contrapeso ante la voracidad del mercado. En una economía capitalista, donde el dinero y los instrumentos para tenerlo atraviesan todas las decisiones, es impensable no tener injerencia en por lo menos algunas de sus variables. Kirchner va por más. “Es imprescindible advertir que la tragedia cívica del clientelismo político no es producto de la asistencia social como gestión del Estado, sino de la desocupación como consecuencia de un modelo económico.” En esta frase se muestra blanco sobre negro las fragilidades del discurso acosador de la derecha vernácula sobre cualquier política progresista, dicha no por un político de la oposición sino por el mismo Presidente en el día que asume su cargo.
Podemos decir con respecto al discurso de Néstor Kirchner, que es sólo un discurso, que no ha planteado una revolución social, que se puede afirmar que muchas de sus actitudes y gestos responden a una sobreactuación para generar rápidamente un poder político que todavía no tiene. El lastre del peronismo bonaerense, que querrá cobrar su factura, y ciertas figuras lamentables que no podrá ignorar para lograr hacer pie en el poder, nos siembran de dudas y desconfianzas, nos pone alertas. Pero se puede reconocer sin rubores que hacía rato que un representante de la clase política ya en ejercicio del poder no pronunciaba unas palabras que son el sentido del peronismo histórico y constituyen la base de un proyecto de inclusión social. El tiempo dirá si la leche nos vuelve a quemar.

Mayo 2003